domingo, 26 de diciembre de 2021

Corta anecdota sobre el capitalismo

 Pequeña observación histórica sobre el capitalismo, aclaró que no es mi intención cuestionar si esta bien o mal.

El capitalismo es el sistema por excelencia de ventas, en síntesis los países sobreproducen cualquier cosa y con ayuda de la publicidad las venden. El mayor problema es que no se centra en formar compradores, sólo vendedores y ahí viene el problema de la distribución de riquezas. 

El mayor competidor es el socialismo y comunismo, los cuales se centran en la equidad y en producir sólo lo que se considera, por cada país, más útil (sobre todo el comunismo es asi).

Allá por 1976 los países con más producción (de cualquier cosa) salieron a luchar contra el comunismo, por miedo a perder clientes. En Argentina la publicidad anti comunista causó que gran parte de la población salga a la calle a pedir por los militares, para que los defiendan del gran enemigo comunista.

Al día de hoy se sigue usando la misma mecánica con el nombre de argenzuela, Venezuela, etc. 


domingo, 19 de enero de 2020

Hice todo lo que me dijeron.

El sol brilla de forma intensa esta tarde. Estoy saliendo del banco de la ciudad y se me antoja caminar después de tanto tiempo que no paseo por el barrio; pasar por la plaza de enfrente a la oficina municipal, frente al correo y a la catedral. La brisa fresca de agosto atenúa el calor del sol en mi rostro. En mi caminar observo los altos y viejos edificios llenos de detalles, dos leones dorados, esculturas de ángeles talladas sobre unas columnas infinitas, cruces y mármoles adornándolo todo. Noto al mirar a los costados, que los bancos de la plaza muestran caras preocupadas; ya había observado esas caras dentro del banco. Bajo la vista, y veo a un niño harapiento que me ofrece pañuelos descartables, compro 3 paquetes que nunca voy a usar, aún conservo la vieja costumbre de los pañuelos de tela. Entre la gente diviso a dos personas durmiendo en la plaza, tapados hasta la cabeza, solo dejan apreciar dos bultos bajo la vieja frazada. Escucho un sordo crash!, intento mantenerme dentro de mí, dejando afuera el frió y la desolación de la ciudad, mi casa está a pocas cuadras.
De repente recuerdo que de chico me decían que sea buen hijo. También recuerdo que los grandes, y sobre todo mi viejo, me decían tenés que estudiar. Mi viejo en esa época también decía otras cosas, como “vos te pensás que yo voy al baño y hago plata”.
Recuerdo la escuela y la bandera. Ahhh! La patria; como me gustaba el tema de la patria en esa época. El himno, la bandera, el guardapolvo blanco. Esa época, recuerdo era toda celeste y blanco, mi cuaderno estaba lleno de banderas y de patria y amor para todos y todas. Las maestras siempre decían lo mismo, «tenés que ser bueno, tenés que estudiar». Recuerdo el comedor público de la escuela y los niños haciendo cola para comer, en ese entonces no entendía porque no podía ir también.
Recuerdo el primer día en la facultad, era inmensa, el edificio más gigante y frío al que había ingresado. Yo desorientado, no sabía bien para donde tenía que ir, no conocía a nadie y nadie me conocía a mí. Todo el mundo caminando de acá para allá, todos parecían mayores que yo, parecían más inteligentes, y además, parecía que todos sabían dónde tenían que ir, pero yo no; me metí en dos clases equivocadas antes de dar con la mía. El viejo salón estaba abarrotado de alumnos y la escasez de pupitres se hacía notar en el fondo, donde todos estaban apoyados sobre dos viejas mesa de mármol de disección.
Si algo aprendí de la vida, es que las primeras impresiones no son exactamente las que importan. Y mi amor por la facultad se extendió por ocho años. Admito que nunca fui buen estudiante y esos años de sacrificio, literal sacrificio, me enseñaron que es compartir. La vida del estudiante por estos lados se sustenta del mate, el esfuerzo paternal no alcanza para grandes asados y la espera entre comidas se hace larga en esas noches de estudio. El mate engaña al hambre en su amargor criollo. Unos buenos amargo y varios paquetes de bizcochos, lograron el añorado título.
Al terminar la carrera me metí a una residencia. Tres años ad honorem, que elegante suena el latín, pero la elegancia no atenúa esos tres años de severa crisis económica personal.
Ya siendo un chico grande y recibido, ya viviendo solo, el bolsillo reclamaba cada día más. Mis días y semanas, se distribuían entre la residencia y las guardias que podía conseguir para subsistir. En resumen fueron tres años más de mate amargo y bizcochos. Esos 3 años me sirvieron para reflexionar sobre la conocida imagen del burro y la zanahoria. Desorientado de nuevo, en un inmenso país, donde nadie siquiera se frena a mirarme. Fueron días difíciles, donde más de una vez pensé en dejarlo todo.
Al fin terminé la residencia y ya con nuevo diploma, me metí de lleno al mercado laboral, pensando que cada hora, minuto y segundo, iban a ser alimento para mi hambriento bolsillo. Y de nuevo, observé que las vacaciones, el auto y los asados; quedaban lejos, pero ahí estaba el amargo firme y siempre listo para compartir. Dos años pasaron, hasta que un día me senté y vi que ya no me preocupaba tanto el cómo voy a pagar esto. Un día abandoné por fin las guardias eternas y volví a dormir en mi cama cada noche de cada día. Cumplí a rajatabla todo lo que me dijeron que haga y logré mi bienestar, ese objetivo de vida tan narcisista y egoísta que todos seguimos. Y a la vez, de a poco, como quien no quiere, fui abandonando mi viejo mate.
A solo una cuadra de mi casa, el sol acaricia mi nuca mientras sigo recordando como empezó este largo viaje y cómo fue que llegué hasta acá. Levanto la vista y consigo ver el balcón de mi piso, allá arriba, cerca del cielo y de los dioses; allá arriba lejos de la crisis.
Mantengo mi espalda erguida y una mueca de alegría al caminar por la cuadra, mientras me esfuerzo por contener la fractura en mi pecho, el sordo crash! se hizo estruendo y busca trepar a mis ojos desde que crucé la plaza, y derramar a chorros la realidad que dejé olvidada hace tiempo atrás.
Estoy acá, en la puerta de mi casa, como un familiar en la sala de un hospital, parado inerte al pie de la cama de un país que agoniza, y lo siento todo.

sábado, 19 de mayo de 2018

agosto no se va de la ciudad


Cuando ya sabes lo que vas a oír,
Y las heridas vuelven a sangrar.
El pecho que recuerda que es sufrir,
Los ojos ya no tardan en hablar.

Decime que te hace sonreír,
Déjame que te cuente mi verdad.
Tu piel y mil caricias para mí,
Mentime por favor una vez más.

Hoy no quiero, entender que es el amor,
Hoy no quiero, comprenderte y ser tu amigo.
Quiero hacer de cuenta que lutero defendió a catalina.
Oooooh ohhhh
Que no cambio nada ni lo cambiaran.
Que mañana volverás acá conmigo.


Ayer sentí tu ausencia en la ciudad,
Y recordé tu aliento sobre el mio.
Me vi perdió solo en la ciudad,
Me vi desesperado por amar.

10 noches sin saber a dónde ir,
Agosto no se va de la ciudad.
Qué triste es entender que yo no fui,
Qué triste es ver libre y volar.

Hoy no quiero, entender que es el amor,

Hoy no quiero, comprenderte y ser tu amigo.
Quiero hacer de cuenta que lutero defendió a catalina.
Oooooh ohhhh
Que no cambio nada ni lo cambiaran.
Que mañana volverás acá conmigo.

Quiero hacer de cuenta que lutero defendió a catalina.
Oooooh ohhhh
Que no cambio nada ni lo cambiaran.
Que mañana volverás acá conmigo.


sábado, 5 de mayo de 2018

Cuando de noche lloramos

En mi cabeza, en mi pecho,
en mi oídos y en mi boca.
Ayer en la cola del banco,
o aquí adentro, dentro de mi piel.

En mis problemas y en mis miedos.
Cuando no quiero verte,
cuando estoy de mal humor.
Cuando pienso y decido.

Cuando visitó a la familia.
Cuando sonrió mucho.
En esos días en que escapo a tu lado.
Cuando te amo y cuando te entrego todo.

Cuando quiero huir, por que no tolero el vertigo.
Cuando apretó fuerte los dientes.
Cuando me veo en sus ojos.
Cuando soy feliz.

Cuando me acuesto al final del día.
Cuando vuelvo a mi, acá adentro.
Dentro mío. Solo.
Cuando me abraza a la soledad.

Cuando muchos la ocultan en camas ajenas,
o con remedios.
La soledad de ser uno mismo el que siente y piensa.
La consciencia, de ver quienes somos, sin la fantasía social.
Cuando de noche lloramos.





martes, 3 de abril de 2018

Noticia de un futuro por venir.

Concurso historias del fututo Club de escritura 
Finanzas:    20/03/2173

Mac Pato cotiza en bolsa, historia de una empresa familiar.


La empresa que comenzó como un pequeño emprendimiento familiar, orientada a una pequeña área del conurbano, al día de hoy ya cuenta con más de 100 franquicias a nivel mundial.

El gigante de las comidas rápidas Mc Pato, se encuentra posicionado como la empresa más creciente a nivel mundial en estos últimos 2 años, realizando su debut en la bolsa de valores al comienzo del trimestre.

Su receta patentada, le dio una bocanada de aire fresco a la humanidad, comenta su gerente de ventas.
Luego de que a comienzo del siglo XXII el césped fuera nombrado patrimonio de la humanidad, las carnes de animales de corral cayeron en producción y los sobreprecios obligaron a retirarla de la canasta básica familiar. Sumado esto a la prohibición del consumo de cereales, legumbres, frutas y hortalizas, al comprobarse los efectos mutagenicos sobre el ADN humano de las semillas transgénicas. El mundo se encontraba en una crisis dietética y anímica, que afectaba tanto a reyes como a vasallos. La dieta de algas marinas, frutos de mar, peces, insectos y materiales orgánicos reciclados; estaba causando disminución de la felicidad de la población a nivel global.

Pero la empresa McPato encontró una solución creativa.
La famosa Mc Pluma, las cuales no tardaron en conseguir un lugar en el corazón de los vecinos. La recepción de las nuevas hamburguesas de paloma fue masiva y no tardaron en sumarse inversores, como el famoso buscador “www”, que después de la crisis económica sufrida al activarse el programa guardián “Eso no se hace”, el cual bloquea la pornografía infantil de forma efectiva, se vio obligado a cambiar de rubro.

La familia Mc Pato asegura que sus hamburguesas son de palomas, no de insectos; y los consumidores respaldan a esta empresa. Hoy en día se venden suscripciones anuales para familias, con las cuales los integrantes pueden comer hamburguesas las 24hs del día, los 365 días del año solamente abonando el agua de lluvia saborizada que consuman.

Por otro lado, varios municipios le otorgaron la llave de la ciudad a la empresa McPato por encontrar una solución a las plagas de palomas, también llamadas ratas aladas; a pesar del descontento de los lavaderos de auto.

Empresas McPato este mes está ofreciendo la Mc Batman a sólo 60 pesos, carne 100% de murciélago. Busca los descuentos en su App oficial.

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Salud: Según la OMS a finales del año pasado se registraron 100 casos de obesidad en el mundo, después de casi 70 años.

Finanzas: Vuelve el síndrome metabólico, las farmacéuticas lanzar al mercado antihipertensivos e hipolipemiantes, ¿una posibilidad de inversión?

Mundo: El edificio Central del Banco Mundial se muda a Siria, desde la prohibición de los combustibles fósiles, Medio Oriente se considera la zona del mundo menos violenta.  

lunes, 19 de marzo de 2018

Un mundo sin aburrimiento, ni grandes refexiones

No puedo evitar pensar en Bradbury cuando escribía sobre las pantallas gigantes en las paredes. Quien iba pensar que el ya había previsto lo que pasaría. Si bien podemos encontrar vídeos, fotos y música, lo que más abunda en este mundo son las letras. Hoy en día no podemos negar que una de las cosas que más hacemos es leer y escribir, pero a pesar de eso la “falta de ortografía” es una constante. Por eso pienso que las viejas metodologías de dictado y de remarcar con rojo los errores no sirvieron, ni sirven. Hago mea culpa y me incluyo entre los eslabones defectuosos.
Por otro lado la constante distracción que nos brinda, ya no sólo el televisor, sino ese pequeño amigo que nos ofrece entretenimiento a 4G, siempre y cuando tengamos un enchufe cerca para recargarlo. Este gran o cruel invento no atrapó y tal vez por eso ya estamos a fin de año, cuando ni siquiera fuimos conscientes que todos nuestros seres queridos ya cumplieron años. El privarnos del aburrimiento no sólo acorto las siestas, sino que también algunos años se esfumaron, igual de rápido que el dilema de aquellos refugiados en Europa. Sin notarlo perdemos tanto tiempo entre letras virtuales con muy poco contenido. Por que ahora, que ser leído se ha vuelto tan fácil, ya nadie se toma el tiempo en reflexionar y escribir a consciencia.
En fin, aconsejo prestar atención a la mesa no vaya a ser que nos quedemos sin turrón en navidad.

Soledad

Al igual que la fría brisa de invierno,
los recuerdos golpean mi rostro.
Tantas despedidas sin sentido,
tantos te extraño rotos.
La brisa golpea mi rostro lentamente,
al final de día o de la vida.
Mis manos pálidas y arrugadas,
se consuelan mutuamente.